Un segundo trimestre sin pena ni gloria

Cuando terminó la semana 16 se fueron con ella también los vómitos.
Fue un trimestre relativamente cómodo.
Sólo tuvo un fallo, el ir viendo cada día como tu cuerpo se va deformando poco a poco, como a pesar de rebozarte cada día en crema antiestrias estas salen inevitablemente y te das cuenta que una vez que han salido, no se irán.

La espalda comienza a curvarse para adaptarse a la gran barriga que está naciendo, y claro molesta bastante.

La mala leche de los primeros meses ha desaparecido.

convertirse en una marmota

Mientras sigues vomitando como la niña del exorcista comienzas a sentirse un cansancio sobrehumano, que nunca imaginaste que pudieras tener. Te levantas como si acabases de correr una maratón y cada cosa que haces, por ejemplo poner una lavadora, te crea un cansancio tal que debes descansar al menos 10 minutos para sobreponerte a tan grande esfuerzo.

Cuando llegas a casa del trabajo, que en mi caso es a las cinco de la tarde no puedes hacer nada salvo dormir, en ocasiones hasta el da siguiente de seguido. Tu marido te mira alucinado, pareces otra persona, no podéis hacer prácticamente nada, ya que pasas el día o durmiendo o vomitando. Él te mira con una cara muy rara que acaba de crear entre pena y asombro. Pena por verte en ese estado tan deplorable en el que te encuentras y asombro de que su mujer se haya convertido en esa especie de monstruo que se mueve como un zombie por la casa.

Pero lo peor de tod no es pasarse el día durmiendo y sin ganas de hacer nada, lo peor es por mucho que duermas sigues teniendo sueño.

El comienzo

Mes tras mes acudes a la farmacia esperando que el dichoso test de embarazo de positivo, en febrero al fin ocurrió.
Cuando ves la dichosa rayita no puedes creerte lo que estas viendo, llevas tanto tiempo esperando ese momento. Sabes que es muy fiable, pero aún asi no te lo crees del todo y esperas con ansia esa primera ecografía. Que en mi caso tuve a la 7ª semana. Te dicen que es un solo embrión y que todo está bien por el momento.

Te vas a tu casa mas contenta que unas pascuas, al fin estas embarazada. Pasa una semana y notas que el estómago comienza a resentirse, y si te han dicho lo de las nauseas matutinas, lo que nadie te ha dicho es que ibas a vomitar todo lo que comieras como si fueras la niña del exorcista. Disparado y sin tiempo a llegar a ningún lado. Te vas con tu bolsita de basura a todos lados por si en cualquier momento notas que vas a tener que usarla.

He tenido suerte, porque ya pasé la toxoplasmosis, ya que me paso el día con deseos locos de comer jamón serrano, y extrañamente es lo único que mi cuerpo no decide vomitar.