lunes, 26 de julio de 2010

convertirse en una marmota

Mientras sigues vomitando como la niña del exorcista comienzas a sentirse un cansancio sobrehumano, que nunca imaginaste que pudieras tener. Te levantas como si acabases de correr una maratón y cada cosa que haces, por ejemplo poner una lavadora, te crea un cansancio tal que debes descansar al menos 10 minutos para sobreponerte a tan grande esfuerzo.

Cuando llegas a casa del trabajo, que en mi caso es a las cinco de la tarde no puedes hacer nada salvo dormir, en ocasiones hasta el da siguiente de seguido. Tu marido te mira alucinado, pareces otra persona, no podéis hacer prácticamente nada, ya que pasas el día o durmiendo o vomitando. Él te mira con una cara muy rara que acaba de crear entre pena y asombro. Pena por verte en ese estado tan deplorable en el que te encuentras y asombro de que su mujer se haya convertido en esa especie de monstruo que se mueve como un zombie por la casa.

Pero lo peor de tod no es pasarse el día durmiendo y sin ganas de hacer nada, lo peor es por mucho que duermas sigues teniendo sueño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario