viernes, 18 de febrero de 2011

cansancio extremo

Cada día me sorprende más la capacidad de cariñeta de reir, hacer ajitos y jugar hasta el agotamiento. Se nota que hay días, como hoy, que está reventado y lo que necesita es dormir, y sin embargo cuando se le empiezan a cerrar los ojitos se enfada consigo mismo y hace esfuerzos sobrehumanos por no dormirse.

jueves, 17 de febrero de 2011

sus primeros pinitos

Cariñete está empezando a sacar a la luz su mal genio, al ponerle el babero ya ha aprendido que le interesa berrear para ver si con un poco de suerte se libra del biberón. Además empieza a hacer cosas que le dices que no hagas, solo tiene cuatro meses pero os juro que le digo cariñete no tires la abejita al suelo e inmediatamente la tira y se troncha de risa. cariñete no te comas las manos y cariñete se las come y me mira esperando que le regañe, no sé si es posible pero yo creo que este niño me está vacilando.

Si en una toma le he dado biberón y a la siguiente le doy pecho, se lo estoy quitando poco a poco, el tío comienza a comer y al segundo levanta la cabeza, me mira y sonríe, como diciendo: al fin algo rico.

miércoles, 16 de febrero de 2011

la lucha continúa

Tras el día de ayer, que no fue del todo malo, hoy ha venido uno horrible, al darle el primer biberón del día a eso de las 12 de la mañana ha comenzado a llorar como si le estuviese matando, mi padre le miraba alucinado, porque cariñete es buenísimo, nunca jamás llora salvo por hambre o sueño y hoy no paraba de berrear. Pasados unos 30 minutos de llantos y angustias todo lo que había comido eran 30ml y el tio se ha dormido, habrá pensado "pa esta mierda no como" al despertarse ha pedido comer de nuevo, y yo con la mejor de mis sonrisas le he vuelto a dar otro biberon. Nada más ponerle el babero ha comenzado ha desgañitarse y al final ha comido otros 30ml.

Por la tarde, dos tomas después ha comido de nuevo biberon, porque la siguiente ha sido de pecho, y ha comido 120ml. Algo es algo, le he comprado una nueva tetina, de esas anatómicas, a ver si asi come mejor.

La desesperación me invade, tengo exactamente 22 días para conseguir que el niño coma de biberon y a mí se me retire la lache sin sufrir una mastitis.

martes, 15 de febrero de 2011

el destete

Cuando lean esto, si es que alguien lo lee alguna vez, quizás piensen que soy una madre desnaturalizada que no quiere a su hijo. Desde el primer momento en que me quedé embarazada quería dar leche artificial a mi hijo ¿Por motivos egoistas? Tal vez, no quería quedarme encerrada sin salir de casa, todo el día pegada al niño y me negaba a estar todo el día en lugares públicos con la teta al aire, francamente no me veo. Tras mucha presión por parte de mi marido y también, porque no decirlo presión social, por el qué diran, por no aguantar a mi suegra, a mi madre... Decidí optar por la lactancia materna.

Cuando nació el niño, como todos, no sabía mamar y yo me sentí fatal (no me pregunten porque) al tener que darle un biberon a mi hijo. Al segundo día ya tuve la subida de la leche y el niño empezó a mamar con más o menos soltura. tuve suerte porque no me han salido grietas en los pezones, eso si, tengo el pecho lleno de estrías y horroroso de tanto llenarse y vaciarse, está fofo cuando no hay leche ¡¡espero que no se quede asi!!

El tiempo pasaba y yo seguía dando el pecho al niño, porque todo el mundo te hace sentir mal si optas por la lactancia artificial, como si fueras una asesina o algo peor. la gente dice que es una esperiencia preciosa, para mí ver a mi hijo con cara de animal pidiendo más y más leche no lo era. levantarme el priemr mes cada 4 horas tampoco lo era, el no poder salir de casa sin tener que llevar al niño encima no lo er, el tener visitas en casa y estar con la teta fuera, no lo era, el que mis suegros me vean las peras, aunque ahora debería decir sandias, me haccía sentir mal, muy mal. Quría pasar a la lactancia artificial y no tuve el valor de hacerl, ahora tengo que volver a trabajar y no puedo seguir con la lactancia materna, si, ya sé que algunos dirían que se puede sacar leche, congelarla y todo eso, pero francamente yo no estoy dispuesta, creo que mi hijo va a estar igual de bien alimentado con la leche artificial.

Bueno a lo que quería llegar con este rollo que he soltado es a que ahora el niño no quiere ver un biberon ni en pintura, no se los come y llora como un condenado y a mí se em cae el alma a los pies de pensar que este malestar se le podría haber evitado al niño si yo hubiera hecho lo que creía que debía hacer y no lo que todo el mundo quería que hiciera.

Sé que la lactancia artificial está mal vista, pero deberían es una opción tan válida como otra cualquiera.

un cambio radical de vida

Con la llegada de mi retoño no puedo negar que me ha cambiado la vida, pero francamente creo que para mejor. Cada mañana te recibe con una sonrisa y hace que cada momento de tu vida cobre un nuevo sentido.
El pobre llegó sin pena ni gloria, tras un parto relámpago por el que muchas mujeres firmarían, salió, le mire y desde el primer momento supe que tenía que cuidar a ese pequeño ser que había salido de mi interior, un ser indefenso que dependía totalmente de mí. desde el mismo momento en que nació mi marido dice que le hablé, que ya en el paritorio le hablaba, yo no lo recuerdo, pero es algo que le sorprendió mucho, dice que al oirme hablarle confirmó que yo sería una madre excelente.
Ahora tiene ya cuatro meses y parece que llevamos toda la vida juntos, no recuerdo como era mi vida sin él, recuerdo cosas que podía hacer y ahora no puedo, pero no recuerdo que era lo que me hacía levantarme cada mañana, lo que me hacía intentar superarme cada día.